25 mayo, 2013

Carrolls

Desde que llegué a Dublín le tenía echado el ojo a una bolsa bandolera de Guinness con su famoso tucán.

Entre los personajes habituales de las tiendas de souvenirs, junto a los leprechauns y las ovejas, se encuentran los vigilantes. Los vigilantes son más o menos malencarados, más o menos aburridos de ver pasar gente.

Una de las constantes en las tiendas de recuerdos es la música de fondo, las canciones tradicionales irlandesas bombardean tu subconsciente con mensajes subliminales sobre la necesidad de comprar CDs y DVDs y probablemente, diez minutos después de salir de la tienda, te preguntarás a tí mismo por qué canturreas por lo bajo "alive, alive ohhh"

Hoy por fin me he decidido a comprarme mi bolsa y con ella en la mano, como si fuera la última de la tienda y me la quisiera arrebatar algún turista, he recorrido el resto de la tienda mirando objetos inverosímiles.

El vigilante de la tienda Carrolls de Talbot Street se sabe las canciones y las canta a un volumen considerable. El vigilante de la tienda Carrolls de Talbot Street me ha dicho "hello" y yo le he contestado "hello", y me ha seguido con la vista y con sus canciones por los pasillos desde la puerta.

"I hope to see you again" (espero volver a verte) es lo último que me ha dicho.

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