04 septiembre, 2013

Daños colaterales

Llevo dos meses y medio en casa, el mismo tiempo que pasé allí, y aún estoy haciendo balance, decidiendo esas cosas que la gente tiende a preguntarme (cada vez menos)... ¿fue una buena experiencia?, ¿la repetirías?... sigo soñando que estoy en Dublín, sigo escuchando la música que escuchaba allí y sigo acordándome cada viernes del concierto de Deko.

Fue una experiencia intensa, sin duda, lloré mucho, me reí bastante.

Disfruté de una libertad compleja porque fui yo misma viviendo mi vida, sin niños, sin obligaciones domésticas, caminando por calles desconocidas, escuchando música, observando. Pero a la vez fue un atraso en libertades, avisando de cuándo salía de casa, de cuándo no volvía a cenar, de a qué hora volvía, pidiendo cada cosa que necesitaba constantemente: unas perchas, unas mantas, papel higiénico, usar la lavadora, "¿podrías prestarme el aspirador?", pan para el desayuno, zumo, comida... y lo cierto es que me cansé de pedir, de que la única forma de comunicarme fuera ese "please" constante.

Conocí gente. Descubrí cómo detrás de la más dulce de las sonrisas se puede esconder el cálculo y la soberbia, descubrí cómo detrás de las alabanzas más ampulosas se puede esconder el absoluto desinterés, descubrí que detrás de una sonrisa tímida puede esconderse alguien preocupado por ti, cómo con preguntas de cortesía puedes aprovecharte de los demás y cómo siempre va a haber alguien que pretenda hacerte sentir culpable. 

Estoy intentando librarme de 7 kilos de daños colaterales, kilos de dieta de hidratos de carbono, de patatas comidas con hambre, de pan comprado en el LIDL a la salida del trabajo, kilos de comida de verdad al volver a casa y de caprichos innecesarios que me pedía el cuerpo, kilos de hambres mal compensadas.

¿Fue una buena experiencia?... Buena no sería el adjetivo que yo usaría, no sé si me arrepiento de haber ido pero sé, sin duda, que me arrepentiría si no hubiera ido.

¿La repetiría?, no lo sé, supongo que no volvería a juntar el valor para hacerlo porque casi todo lo que hice y me pasó en Dublín supuso un esfuerzo, de adaptación, de superación, de voluntad... no creo que pudiera, no al menos en las mismas circunstancias aunque me gustaría volver, unos días, de turista, con alguien con quien compartirlo.

Me gusta Dublín.