31 enero, 2013

Listas

Las listas son pequeños invasores que se apropian de los segundos en blanco de mi cerebro.

Recuerdo una que me acompañó mucho tiempo: “lengua, matemáticas, historia…”, en cuanto me despistaba ahí estaba, saltando una y otra vez.

Según se acerca la hora de la partida (y en dos días se ha acercado más de medio mes) mi cerebro dedica más y más tiempo de su uso al “asunto Dublín”. Una de sus actividades favoritas es lanzar sin previo aviso la lista de lo que tengo que hacer antes de irme a Dublín, y varias de las entradas de esa lista consisten en hacer listas (físicas, no mentales, que si no no llegamos a ninguna parte)

Cosas que tengo que llevar, ropa que quiero llevar, cosas que me gustaría hacer antes de marchar, documentos que tengo que preparar…

Voy a empezar a colgar listas con imanes en la nevera, que puede que necesite el cerebro para algo.


30 enero, 2013

Oportunidades

No voy a acusar a la vida de nada, ni de dar, ni de no dar segundas oportunidades.

El año pasado se celebró el 25 aniversario del programa Erasmus. Eso supone que cuando yo estudiaba en Bilbao ya tuve la oportunidad de irme a estudiar a una universidad de otro país europeo.

Sinceramente no sé ni siquiera si me enteré de que tenía esa posibilidad, no me consta que fuera nadie de mi curso, no recuerdo ninguna conversación entre amigos que la valorara, ni ningún dilema personal sobre ir o no ir. En cualquier caso no creo que hubiera ido.

Con el paso del tiempo he conocido gente que sí que aprovechó su oportunidad y parecían contentos de haberla aprovechado, así que me dediqué a lamentar interiormente no haber estado más informada, o haber sido más lista, o más echada para alante, con la seguridad que da la certeza de no tener que enfrentarse a la posibilidad.

Con 41 años empecé un ciclo superior de formación profesional (los motivos os los cuento otro día) y con 43 la vida se me encara y me dice:  “a ver, listilla, ¿eras tú la que se arrepentía de no haberlo hecho?”… (es una cachonda, no me digais que no)

29 enero, 2013

Voy a hacer las prácticas en Dublín

En el momento en el que verbalicé “voy a hacer las prácticas en Dublín” la decisión se tomó por sí misma.

Cuando empecé el ciclo de ASIR (aún tengo que pensar para saber qué significan las siglas… Administración de Sistemas Informáticos en Red) sabía que existía la posibilidad de hacer las prácticas en Dublín, una remota posibilidad que no iba conmigo, con mi edad (43), con mi estado civil (casada), con mi situación personal (madre de dos hijos)…

Me sobraban excusas para no planteármelo y para justificarme a mí misma no planteármelo.

Pasó el tiempo y el “podría hacer las prácticas en Dublín” se convirtió en un “igual hago las prácticas en Dublín” que, de un día para otro, como quien salta en una piscina, se transformó en “voy a hacer las prácticas en Dublín”.

Ese “voy a hacer las prácticas en Dublín” va cargado de miedos e inseguridades ignoradas que, cuando afloran en forma de hormigueo en el estómago (o en el cerebro), son acalladas a la voz de “voy a hacer las prácticas en Dublín”.

Si me acompañáis en este viaje tendréis que ayudarme a cargar con mis miedos y mis inseguridades pero prometo compartir mis ilusiones, mis emociones y mis descubrimientos… venga… “vamos a hacer las prácticas en Dublín”.

Bienvenidos.