30 abril, 2013

A la vuelta de la esquina

El día que supe dónde iba a vivir os enseñé la foto del google maps y me preguntaba si me tocaría vivir en el coche.

No me tocó vivir en el coche, bastaba dar la vuelta a la esquina para ver dónde iba a vivir/dónde vivo.


Esta de la izquierda es la casita del jardín.




29 abril, 2013

x5mop

Todas las mañanas a las siete suena la alarma del móvil y enciendo la tele.

Todas las mañanas a las siete veo el mismo anuncio en la tele, el típico anuncio de teletienda en el que una voz en off me narra las virtudes de una limpiadora de vapor de color verde.

Y si enciendo la tele y, por alguna razón, el anuncio no está, hago zapping hasta que lo encuentro (hoy he descubierto que lo dan en dos o tres cadenas a esa hora).

Ya estoy casi convencida. Menos mal que no me cabe en la maleta.

28 abril, 2013

Gran Hermano

Dublín es como la casa del Gran Hermano.

Recuerdo aquella primera edición de "Gran Hermano" en la que aprendimos frases tan célebres como "¿quién me pone la pierna  encima...?", y aprendimos también que, dentro de la casa, todo se magnifica.

Supongo que en el fondo vivir la experiencia de entrar en la celebérrima casa tiene un montón de puntos en común con esta experiencia: estás fuera de tu entorno habitual, con gente distinta, costumbres distintas y sometido a todo tipo de situaciones estresántemente indeseables.

Y sí, se magnifica. Que alguien se interese por tu estado de ánimo es un detalle que te emociona hasta el borde de las lágrimas, que alguien te sonría hace que el día mejore sustancialmente, que alguien se comporte de forma desconsiderada contigo abre una herida muy profunda, seguramente imposible de curar.

Menos mal que no hay nominaciones.

27 abril, 2013

Música

En ocasiones oigo músicas.

En varias ocasiones desde que estoy en Dublín he escuchado una extraña música, sin origen fijo, que como aparecía desaparecía. Recuerdo un miércoles especialmente ventoso, en el que hacían ruido las tejas de mi minicasa y la música parecía traída de algún fantasmagórico lugar.

La música, machaconamente pegadiza, se instaló en mi cabeza y fue buscando recuerdos, hasta llegar a un video de los Tweenies que supongo que me hizo escuchar Sabela en más de una ocasión.

Mi cerebro insinuaba una respuesta pero las piezas no encajaban... demasiado frío, demasiado ventoso, demasiado lluvioso, demasiado temprano...

Hoy lo he visto claro, el primer día realmente primaveral, con los brotes reventando en los árboles y los habitantes de Coolock arreglando sus jardines, se ha materializado delante de mí: el camión de los helados con su música.




La música del camión de los helados genera niños de la nada.


25 abril, 2013

Luna

Ya está aquí, la luna llena dublinesa.

Hace falta trabajar en algo que no te gusta para entender cómo te puede cambiar el humor el jueves. Esta noche volvía en mi autobús habitual (no en el otro), cansada, como todos los jueves. Cuando iba a llegar a mi parada me he acercado a la puerta y he oído música, una melodía que he reconocido y que me he puesto a silbar justo a la vez que el conductor.

Hace unos meses, intentando desempolvar mi inglés anquilosado, volví a ver algunos capítulos de mi "Doctor en Alaska" (Northern exposure) y, además de aprender tres o cuatro palabras (useless, toast, flu...), descubrí esta canción.

Como lunática reconocida que soy, "Bad moon rising" ya forma parte de mi banda sonora, y más ahora, después de silbarla a dúo con un autobusero dublinés.

Al bajar del autobús me estaba esperando, enorme, tan guapa como siempre.






24 abril, 2013

Aviones

Todas las mañanas, mientras espero al autobús, veo como un avión de Aer Lingus se  dirige al aeropuerto.

A mi amiga Belinda le preocupa la enorme cantidad de aviones que aterriza cada día (o al menos cada sábado, que es cuando los vimos desde el puerto de Howth) en Dublín, con lo lleno que está esto ya.

Yo espero que un día de estos traiga a alguien para mí.



Ya solo queda una semana...

23 abril, 2013

El cuerpo las hace

En este caso sería mejor decir, la cabeza las hace...

Mi cuerpo está pagando el precio de la decisión de mi cabeza (si es que mi cabeza tuvo algo que ver en esta decisión, que lo dudo).

En los veintitantos días que llevo en Dublín ya he tenido dos reglas, o algo parecido. La primera me empezó un día antes de venirme y la segunda un día después de acabarse la primera, en total veinte de los veintitantos días que llevo en Dublín.

No sé si constatar que no tengo veinte años (que tampoco lo pretendía, que nadie se engañe) me está lanzando directamente a la menopausia o si, simplemente, esta experiencia es demasiado intensa para mi equilibrio hormonal.

Y a todo ese desequilibrio podemos sumarle la imparable aparición de canas en mi pelo.

La cabeza las hace... y el cuerpo las paga.

22 abril, 2013

Pequeñas locuras

Cristina is crazy! (¡Cristina está loca!).

Irlanda está llena de objetos extraños y costumbres diferentes: enchufes, abrelatas, calentadores de agua, autobuses de dos pisos, conducir por la izquierda, abrir las ventanas hacia fuera, la forma de colocar los abrigos en los pubs... y los teclados de los ordenadores.

Paddy, uno de mis compañeros de trabajo se acercó a mi portátil para ver mi teclado y exclamó: "Cristina is crazy!"

Y la loca soy yo...

21 abril, 2013

Blog

Ejercicio de egocentrismo para un domingo perezoso:













En este momento llevo 2500 vistas y no sé quién será, pero alguien me lee con entusiasmo (o con amor) desde Rusia.
(Saludos lectora, o lector)





Como pudisteis ver se ha mudado (él solito) de dominio, parece haberse adaptado antes que yo.






 
No es mucho, pero es bastante más de lo que podía imaginar.


20 abril, 2013

Tréboles

Mi trébol tiene cuatro hojas.

Más de una persona me ha hecho notar que mi blog está lleno de tréboles de cuatro hojas pero el símbolo de Irlanda es el de tres. No es una confusión, digamos que está casualmente premeditado.

Parece ser que San Patricio, patrón de Irlanda, no sé si antes o después de Guinness, recibió un encargo de su jefe: convertir al cristianismo a los celtas que vivían tan tranquilos con sus supersticiones paganas. Los celtas, que debían ser un poco obtusos, no entendían algo tan evidente como el misterio de la "Santísima Trinidad". Y por lo visto San Patricio se sirvió de un trébol para explicarles tan meridiana evidencia convirtiéndolo, con el tiempo, en uno de los símbolos de Irlanda.

Pero, mira por donde, los celtas tenían sus propias creencias alrededor del trébol, que era para ellos un poderoso talismán de buena suerte y, especialmente, si el trébol era de cuatro hojas.

Yo no sé cuánta herencia celta llevo en mis venas, pero he adoptado con entusiasmo mi celtismo gallego (salvo por la música, que aún me cuesta) y, si tengo que posicionarme, me quedo con los celtas frente a las fuerzas evangelizadoras. 

Mi trébol, de cuatro hojas.

19 abril, 2013

Hijos

Los hijos crecen, adquieren personalidad propia y hasta eligen dónde vivir.

Este pequeño se ha hecho grande sin darme cuenta y ha elegido tener doble nacionalidad.




18 abril, 2013

Bucles infinitos

Otra vez, otra vez, y cuando crees que ya has acabado, una vez más.

Mi aprendizaje del inglés se parece a esa película que todo el mundo llama "El día de la marmota" y que es una muestra de un título que no necesitaba ser "adaptado, porque en inglés se titula exactamente así ("Groundhog day") pero el título de la versión traducida es "Atrapado en el tiempo".

Y yo tengo la paranoia heredada de mi educación católica de que las cosas malas que me pasan son castigos por algo que he hecho.

Sinceramente, algo malo debo de haber hecho para volver a ver en clase de inglés por enésima vez en mi vida cómo se construye una frase en pasiva o las formas comparativas de los adjetivos.

Y el caso es que ir a clase, aunque sea en condiciones tan frustrantes como esas, sigue teniendo un efecto terapeútico sobre mí, y, hasta en los peores días, cuando me gustaría tener una cara tan larga que todo el mundo se diera cuenta de lo jodida que estoy, al poco rato de estar en clase me descubro a mí misma sonriendo.

Nunca me ha gustado el inglés y este bucle infinito tiene que ser un castigo, fijo.

16 abril, 2013

Persianas

Las persianas son como las pipas de girasol, si buscas mucho puedes llegar a encontrar algo parecido, pero como las de casa no hay.

Supongo que una de las razones de no despertarme más tarde de las ocho, me acueste a la hora que me acueste, es el hecho de que en mi ventana no haya una persiana.

Para mí no es un problema porque nunca me ha gustado dormir en completa oscuridad.

No es que haya viajado mucho pero algunas vueltas he dado últimamente por Europa y algún destino caribeño, y no puedo concretar qué sistema utilizan en cada país, pero la sensación general es que lo más parecido a unas persianas que he visto han sido las contraventanas en Italia... y poco más.

No sé si tendrá que ver con la intensidad de la luz, con la insolación, con el despropósito horario o con la tendencia a vivir de noche y dormir de día (siestas incluidas), pero creo que vivimos en el reino de las persianas.

¿Y en Persia habrá persianas?

15 abril, 2013

Como Pelúdez

Siempre me ha fascinado esa costumbre gallega de llevar el paraguas colgando en la espalda.

Como ya os conté hace tiempo, una amiga me hizó un regalo de despedida antes de venirme, un paraguas pequeñito, cómodo y manejable. Y llevo días con ganas de contaros que he descubierto el equivalente a llevar el paraguas colgado en la espalda con mi miniparaguas colgado del bolsillo de mi trenca (por la parte exterior, claro).

Lo del paraguas en la espalda es para mí una costumbre gallega porque antes de vivir en Galicia no había visto a nadie haciendo eso y después de vivir en Galicia no he visto a nadie haciéndolo fuera de Galicia. Si teneis datos que contradigan mi hipótesis serán bien recibidos.

Yo, con mi miniparaguas colgando del bolsillo, me siento tímidamente gallega en Dublín.
 

13 abril, 2013

Ducha

Darse una buena ducha, a partir de cierta edad, es un placer.

Para mí, y supongo que para casi todo el mundo, preadolescentes excluídos, una ducha es algo más que un procedimiento higiénico. Una buena ducha puede despertarte, reanimarte después de una jornada dura, hacerte entrar en calor, relajarte... una buena ducha resucita a un muerto.

En mi casa (en mi casa de Galicia) desde que reformamos el baño, a la hora adecuada y con la luz adecuada incluso me puedo duchar con gotas de arco iris y la ducha se convierte en una fiesta para los sentidos.

En mi casa dublinesa la ducha tiene muchas de esas ventajas (si consigo vencer el pánico de entrar en el minibaño congelado desnuda y pisar el plato congelado de la ducha descalza) pero no es una fiesta para los sentidos.

Mi ducha dublinesa tiene un sistema de calentador de agua/grifo adosado a la pared que hace mucho ruído, pero mucho. Y ese ruido perturbador dura hasta que cierras el paso de agua, es el equivalente en ducha al ruido de la campana extractora en la cocina, notas más el alivio de no escucharlo que la molestia de escucharlo.


Escuchar el ruido del agua cuando te duchas es un placer, vosotros que podeis (si podeis), disfrutadlo.



12 abril, 2013

La primera

La primera siempre va por JC.

JC es mi amigo. Lo conocí hace un par de veranos y lo perdí el verano pasado. Sólo lo ví una vez pero era una de esas personas que enganchan, que aparecen, que saludan, que te echan de menos, que te preguntan qué te pasa si intuyen que estás mal.

Compartimos solo un año de contactos virtuales, de conversaciones de madrugada y de fotos de cerveza.

Y lo cierto es que le echo de menos y que me encantaría contarle mis peripecias por Dublín.

La primera, siempre, por JC.



11 abril, 2013

Montaña rusa

Esta iba a ser una aventura sin expectativas, y una mierda.

Embarcarse en una aventura como esta es una garantía de una continua necesidad de adaptación. Primero es la familia y un nuevo espacio físico, a continuación las clases y un nuevo profesor, después la empresa y nueva gente... y yo no soy una persona que encaje muy bien los cambios.

No sé cuales eran las expectativas pero las había, supongo que por eso me tengo que reponer de bajadas y subidas, bajada al ver mi nuevo hogar sin internet, subida al acostumbrarme y disfrutar de la autonomía, bajada al no ser recibida por nadie en la empresa, subida al llegar temprano y hablar (y hacerme fotos) con la jefa (muy maja, por cierto).

Tengo que decir a mi favor que me estoy recuperando muy rápido de las bajadas y que el mérito es mío.

Supongo que podría quedarme abajo alguna vez y coger un avión hacia a España, como hizo una de las cinco que vinimos.

Ahora somos cuatro pero creo que mi montaña rusa es la más espectacular.

10 abril, 2013

Cansancio

Creía mi alma inservible pero era cansancio vulgar nada más.

Todo el que haya recibido algún correo electrónico mío habrá leído, al menos una vez, esa frase. Mi mantra es de Silvio Rodríguez y tengo que tenerlo siempre a mano porque a mí el cansancio me juega muy malas pasadas.

Ayer me levanté a las siete, me duché, me preparé el desayuno y la comida para llevar al trabajo, fui a trabajar, volví andando hacia el centro para tomar un poco el aire, tuve tres horas de clase y, muerta de cansancio (físico y mental) cogí un autobús pensando que me iba a dejar en mi parada habitual.

Lo cierto es que mi cansancio es el responsable de que en realidad no sepa por qué acabé en una parada alejada de la mía, de noche, en un barrio residencial de esos en los que todo es igual y no sabes dónde estás.

No sé si el cansancio me hizo coger un autobús equivocado (en cualquier caso era el que me recomendaron desde la empresa que gestiona todo esto cuando me asignaron la familia), no sé si ese autobús unas veces hace un recorrido y otras otro (porque yo juraría que no es la primera vez que lo cogía y la primera le pregunté al conductor por mi parada), no sé si realmente hizo otro recorrido o si ni siquiera me enteré de mi parada...

Dos autobuses (tres en total) y cuatro dublineses después llegué a casa, muerta de cansancio (físico y emocional).



09 abril, 2013

Listas VIII

Primera carta















Tuve que dar muchas vueltas antes de encontrar un papel de cartas con algún dibujito, como los que usaba yo hace muchos años. Supongo que los ordenadores, los guasaps y los correos electrónicos hacen que el papel de cartas se haya convertido en una rara avis.

Me gustaría haber visto la cara de Sabela al abrir el buzón.

07 abril, 2013

Guinness

Aún no he probado una cerveza en Dublín, espero que no se entere nadie, no vayan a echarme.

Quizás el hecho de que empezara este año brindando con una Guinness en vez de con una copa de champán tenga que ver con la elección de mi lugar de prácticas (que no sé quién hizo ni en función de qué).

El edificio donde voy a trabajar está exactamente frente al lugar más visitado de Dublín. Quizás mi brindis me ha proporcionado de alguna manera una empresa a mi medida, porque, a pesar de los nervios y de la incertidumbre (del acojone, vamos), a priori me gusta donde voy a trabajar, me gusta la gente que trabaja allí y me gusta cómo trabajan, es la forma en que haría yo las cosas si supiera hacerlas.


Estoy nerviosa y algo asustada pero si yo tuviera que elegir dónde hacer las prácticas elegiría Schoolspace, aunque me tenga que desayunar un par de pintas.


05 abril, 2013

Despedidas

Acabamos de llegar y ya estamos despidiéndonos.

Nuestro programa en Dublín incluye una semana de clases de inglés en una academia y, aunque en teoría tendríamos clases dos días más para completar los cinco días laborales de una semana, como el lunes empezamos a trabajar la semana ha quedado reducida a tres días.

Después de solo tres días de clase me he despedido de mi profe, un tipo peculiar donde los haya que con su peculiar estilo es un estupendo showman/profesor.

Ivan es de Nueva York y busca en el google maps la casa en la que vivía hace quince años y el bar donde su amigo levanta la persiana.

Al marchar me dijo que si tengo algún problema vuelva a sus clases, que si me echan del trabajo vuelva a sus clases (como si fueran gratis), que antes de irme pase por allí otra vez.

Lo he dejado flipando con un pingüino de origami y me he marchado.

04 abril, 2013

Días extraños

Cuando no sabes qué estás comiendo los días son extraños.
















Cuando cambias de país, de idioma, de cama, de ducha... cuando vas tres días a clase y no vuelves, cuando buscas el lugar donde vas a trabajar... los días son extraños.

03 abril, 2013

Abril en Dublín

Es abril en Dublín. 













  
Un abril gélido y soleado bañado en luz, que en inglés se dice Light.


02 abril, 2013

Aivou!

Permitidme ser mal hablada (muy mal hablada) por un momento pero la ocasión lo merece.

A tomar por culo la zona de confort. Aivou!





01 abril, 2013

La última cena

Como condenada a punto de cumplir sentencia reclamo mi derecho a una última cena.

Hoy es la última noche que ceno en mi casa antes de marchar y, lógicamente, me daré el gusto de cenar mi cena favorita: bocadillo de queso manchego (en pan de panadería) con cerveza (una 1906). Han sido unos días emocionalmente complicados, queriendo y no pudiendo hacer las cosas que el cuerpo me pedía como despedida, así que procuraré llevarme el mejor sabor de boca posible.

Confieso que estoy realmente asustada, no nerviosa, que también, estoy asustada. Y no es por ir a Dublín, ni por tener que desevolverme en inglés, no es por vivir con gente desconocida... estoy asustada por mi eterno miedo a no saber hacer lo que se supone que sé hacer, a no responder a lo que se espere de mí, por tener que enfrentarme a pecho descubierto a mí misma. Tengo miedo de cagarla y no tener dónde refugiarme.

Y para el miedo a uno mismo nada mejor que un buen bocata de queso.