28 marzo, 2013

Internet

Y por fin ha llegado a nuestras manos la información sobre las familias.

Llevo algún tiempo preocupada (preocupada igual es exagerar un poco, pero sí que le he dado vueltas) por si en la casa a la que me toca ir no hay conexión a internet. Me escudo en la excusa de un proyecto en el que tengo que trabajar paralelamente a mis prácticas pero lo cierto es que yo necesito internet a todas horas, lo necesito en Monforte y lo necesitaré en Dublín, para estar en contacto con mi marido, con mis hijos, con mis amigos, y para seguir apoyándome en esta especie de terapia bloguística.

Hace unas horas he recibido un correo del coordinador con los datos sobre las familias, la mía y las de las demás. En todos los casos se especifica que hay conexión a internet y en algunos wifi. Bueno, en todos los casos no, en mi caso no pone nada, ni siquiera incluye, como la mayoría de los demás, una dirección de e-mail de contacto. 

Hay más datos, pero después del subidón de tener por fin alguna referencia (paseo Google maps incluído) y el bajón de no saber si hay internet, estoy en un estado definible como "interruptus", esperando...

El señor Murphy, siempre acechando.


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