Esta iba a ser una aventura sin expectativas, y una mierda.
Embarcarse en una aventura como esta es una garantía de una continua necesidad de adaptación. Primero es la familia y un nuevo espacio físico, a continuación las clases y un nuevo profesor, después la empresa y nueva gente... y yo no soy una persona que encaje muy bien los cambios.
No sé cuales eran las expectativas pero las había, supongo que por eso me tengo que reponer de bajadas y subidas, bajada al ver mi nuevo hogar sin internet, subida al acostumbrarme y disfrutar de la autonomía, bajada al no ser recibida por nadie en la empresa, subida al llegar temprano y hablar (y hacerme fotos) con la jefa (muy maja, por cierto).
Tengo que decir a mi favor que me estoy recuperando muy rápido de las bajadas y que el mérito es mío.
Supongo que podría quedarme abajo alguna vez y coger un avión hacia a España, como hizo una de las cinco que vinimos.
Ahora somos cuatro pero creo que mi montaña rusa es la más espectacular.
Bien por las recuperaciones rápidas. Yo sigo pensando que eres una valiente. Y mucho. Y te entiendo porque me pasa lo mismo con los cambios. Aunque me los haya buscado yo, me cuestan. Palante!!! :)
ResponderEliminarSeré valiente, o inconsciente, o algo :)
EliminarGracias por los ánimos :o*