Acabamos de llegar y ya estamos despidiéndonos.
Nuestro programa en Dublín incluye una semana de clases de inglés en una academia y, aunque en teoría tendríamos clases dos días más para completar los cinco días laborales de una semana, como el lunes empezamos a trabajar la semana ha quedado reducida a tres días.
Después de solo tres días de clase me he despedido de mi profe, un tipo peculiar donde los haya que con su peculiar estilo es un estupendo showman/profesor.
Ivan es de Nueva York y busca en el google maps la casa en la que vivía hace quince años y el bar donde su amigo levanta la persiana.
Al marchar me dijo que si tengo algún problema vuelva a sus clases, que si me echan del trabajo vuelva a sus clases (como si fueran gratis), que antes de irme pase por allí otra vez.
Lo he dejado flipando con un pingüino de origami y me he marchado.
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