Hay palabras que preferiría no haber aprendido.
El miércoles 29 de mayo pasé la mañana hablando con Mark, uno de mis compañeros de trabajo. Hablamos de mi experiencia, de cómo se viven las cosas según la edad, de su hija veinteañera que vive en Portugal, de cómo se viven las separaciones. Paseamos por Portugal y Galicia a golpe de Google maps. Sentí una buena dosis de empatía, que ya me iba haciendo falta.
Esa misma noche Mark recibió una llamada telefónica que le hizo salir en el primer vuelo hacia el Algarve. Su hija estaba en coma.
Vivir esa noticia no ha sido lo más saludable para mi precario equilibrio emocional dublinés. Intentar entender en conversaciones ajenas o propias lo que había sucedido y lo que sucedía y ver, día tras día, la silla vacía de Mark es algo que aún me pone al borde de las lágrimas.
Sé que hubo una operación y durante la operación un "stroke". Búscalo como término médico, me dijo mi jefa cuando me lo explicó.
"Apoplejía, derrame cerebral"
Lévome lembrado moito do compañeiro este, non lembraba o nome, e na filla, por se algo ía mellor... :(
ResponderEliminarMandeille un SMS, como puiden, contestoume que "everyday, little by little"... non o volvín ver, claro :'(
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