14 junio, 2013

Intern

La palabra en inglés para denominar a los que hacen prácticas en una empresa es "intern".

A mí "intern" me suena a recluso, de una cárcel o de un manicomio. Quizás porque durante estos meses me he sentido así muchas veces, recluída, presa, a veces en plan carcelario y a veces en plan frenopático.

Los primeros días en el trabajo fueron complicados, sentí que era injusto el trabajo que estaba haciendo, un trabajo que nadie se había molestado en explicarme en qué consistía ni para qué era, yo sólo trabajaba.

Con el régimen carcelario de cenas me pasó lo mismo, al principio me parecía muy triste que llamaran a mi puerta y me pasaran un plato con comida (en el mejor de los casos).

Supongo que después de dos meses largos sufro un considerable síndrome de Estocolmo, o quizás las constantes alabanzas, la comida de despedida, la camiseta de regalo, la sobreactuada carta de referencia y el sobre con un dinero que no estaban obligados a darme sean la realidad.

Ya no soy "intern".


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