Una de las preocupaciones que me acompañaron durante toda mi estancia
en Dublín fue una serie de molestias e indicios que me hicieron sentir
que algo iba mal en mi teta izquierda.
Estuve preocupada, sí, pero
no lo suficiente para arriesgarme a ir al médico allí, me acojonaba la
posibilidad de una hospitalización en un país extranjero sin mi familia
cerca.
Al día siguiente de mi regreso fui a mi médico de cabecera,
le dije que me molestaba el bulto de mi pecho izquierdo y que me
preocupaba que el pezón se hubiera torcido por completo hacia un lado.
El
20 de junio mi médico de cabecera me dio un volante preferente para
ginecología, me dieron cita para el 16 de agosto, por reevaluación
médica al final fue para el 9 de agosto, mi ginecóloga me dio un volante
preferente para una mamografía y ecografía, me dieron cita para el 31
de septiembre y para recoger los resultados el 15 de octubre. (El 31 de
septiembre cuando llegué a casa desde el hospital ya tenía una llamada
perdida para avisarme de que pasara a recoger los resultados al día
siguiente). El 1 de octubre la ginecóloga me dio un volante para una
biopsia (dijo que no tardarían en avisarme), la biopsia fue el 8 de
octubre y la cita para los resultados (más o menos quince días después)
el 28 de octubre.
El 28 de octubre, el doctor Castro, en la unidad
de mama del hospital de Lugo, me confirmó que algo va mal en mi teta
izquierda: tengo un cáncer de mama.
Supongo que no hay elección,
es el momento de una nueva aventura, de nuevos miedos e inseguridades
que afloran en forma de hormigueo en el estómago (o en el cerebro) y que
de nuevo sorteo acallándolos, esta vez a la voz de "haré lo que haya que
hacer".
No hay comentarios:
Publicar un comentario